San Cristóbal de las Casas permite definirlo con múltiples adjetivos, pero uno de los más recurrentes es «mágico». Como un corazón fuerte, San Cristobal conserva su carácter de pueblo pese al empuje del turismo que ha convertido la población del Valle de Jovel en uno de los destinos turísticos más queridos de México.
Las calles adoquinadas, las casas de colores de estilo neoclásico y mudéjar, las casonas virreinales y las pintorescas iglesias componen un cuadro pintado con el mejor trazo. Si a ello añadimos que a diferencia de otros lugares de México la presencia de las poblaciones indígenas, especialmente los tzeltales y los tzotziles, dinamiza el turismo con la preservación de su cultura, tradiciones y productos elaborados, podemos entender la magia que rodea San Cristóbal de las Casas.
Aunque la ciudad de Tuxla Gutiérrez sea la capital política del estado de Chiapas, San Cristóbal es el alma, corazón y vida, con una sencillez que cautiva. Muchos viajeros que llegan de turismo no sabrían destacar un monumento, pero se enamoran a primera vista del ambiente, de las calles y de la tranquilidad que proporciona San Cristóbal.
Historia de San Cristóbal de las Casas
En el avance de las tropas españolas hacia el interior Diego de Mazariegos encontró apta la situación para establecer la entonces denominada Ciudad Real de Chiapa, capital de la provincia de Chiapas. Desde ese 1528 la ciudad colonial fue creciendo, con continuos cambios de nombre hasta que recibió el de San Cristóbal (patrón local) de las Casas (en honor al obispo fray Bartolomé de las Casas que defendió los derechos de los indígenas desde su llegada en 1543).
El indigenismo desdeñado por parte de la administración del Gobierno regional y por ende de la República de México llevó a un puñado de grupos indígenas a levantarse en protesta, mediante la denominada Revolución Zapatista, el 1 de enero de 1994. Sus reivindicaciones tan básicas como obvias a ojos de los intelectuales occidentales, despertaron una insólita simpatía que permitió internacionalizar el problema. Con el tiempo el foco de atención mediática se disipó pero la lucha pacífica del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) está aún muy presente en la población local.
Qué ver en San Cristóbal de las Casas
El centro histórico de San Cristóbal converge en torno al Zócalo, llamado también Plaza 31 de Marzo (Manuel Velasco Suárez) o simplemente El Parque, y cuyo Quiosco ejerce de organizador de los jardines. En esta gran explanada que conmemora el día de la fundación de la ciudad en 1528, se desarrolla la vida social, siempre animada y tranquila, en el lugar donde hasta el siglo XIX las poblaciones indígenas acudían a practicar el trueque, el intercambio de productos y hacer acopio del agua en la fuente.
Presidiendo el parque se encuentra la graciosa Catedral de San Cristobal de Las Casas, dedicada a San Cristóbal Mártir. Aunque edificada en 1528, en el siglo XVII se acometieron actuaciones que cambiaron su fisonomía dañada por varios terremotos. La fachada barroca es ya obra del siglo XVIII, decorada con elementos de flora y nichos con esculturas de varios santos.
Cerrando la parte norte del Zócalo otra iglesia casi anexa al ábside de la catedral capta muchas miradas, es el Templo de San Nicolás, uno de los primeros centros religiosos donde los indígenas acudían, ya convertidos a la fuerza a la fe católica. Su color amarillo contrasta con el rojo de la puerta de acceso.
El Palacio de Gobierno es otro de los insignes edificios presentes en la plaza 31 de Marzo. Su sobriedad, característica típica del estilo neoclásico, obra de Carlos Z. Flores inspirándose en tratados del renacentistas italiano Jacopo Barozzi de Vignola, y que finalmente se redujo a una cuarta parte de las dimensiones del proyecto original.
Para rematar el Zócalo una casa pasa a menudo desapercibida en la esquina sur, la Casa de la Sirena. Edificada por Andrés de la Tovilla en el siglo XVI para ser la morada del capitán Diego de Mazariegos, luce en la magnífica fachada plateresca su escudo de armas y un curioso relieve de una sirena. Hoy el conjunto es parte del Hotel Santa Clara.
Desde el mismo Zócalo se continua por la Avenida 20 de Noviembre, una de las calles más animadas de la ciudad, cruzando entre el mar de gente que sube y baja. En unas manzanas llegamos a la Iglesia Ex-Convento de Santo Domingo de Guzmán, esplendoroso templo que se empezó a construir prácticamente desde el momento en el que se urbanizaba el asentamiento en el siglo XVI pero que hasta el siglo XVIII no se concluyó. La factura de la fachada es exquisita, con numerosas alusiones indígenas, y tanto de día como con la iluminación de la noche capta nuestros ojos y el objetivo de quién llega hasta la escalinata que da acceso.
El efecto óptico que produce la fachada que sobresale a las torres que la flanquean potencia la majestuosidad del templo. El interior de la iglesia de Santo domingo alberga una de las colecciones de retablos barrocos más apreciada de Latinoamérica, además de un púlpito tallado en una única pieza en madera.
En torno a Santo Domingo se crea un foco de atención y ambiente, con puestos de comida y otros monumentos como el Centro Cultural de los Altos, a la postre el Museo de la Ciudad y sede del Centro de Textiles del Mundo Maya; la Iglesia de la Caridad (1712) o la cooperativa Sna Jolobil, que engloba a grupos indígenas tzeltales y tzotziles que muestran a los foráneos la confección de los típicos textiles floridos que se anudan las mujeres en la cintura.
También junto a Santo Domingo, en el Parque de la Alameda es habitual ver numerosos puestos de venta de productos chiapanecos, especialmente textiles artesanales de familias indígenas de pueblos como San Juan Chamula.
Como decíamos, contiguo a la Iglesia de Santo Domingo, en el mismo parque de la Alameda está el Templo de la Caridad, fundado por la congregación de los Juaninos a principios del siglo XVIII, con la función de Hospital Mendicante para los indígenas y con una vocación claramente evangelizadora. La fachada reproduce en piedra formas de talla como si fueran de madera. En el interior se custodia el retablo barroco dedicado a la virgen de la Caridad y el del Cristo Negro de Esquipulas, Guatemala. La razón es que escultores guatemaltecos llegaron aquí después de los terremotos que asolaron el Valle de Jovel, trayendo a la imagen de la virgen.
En el mercado de comida -a unos pasos hacia el norte- podemos conocer y degustar algunos de los platos y recetas más suculentos de la Gastronomía chiapaneca, además de en los numerosos restaurantes de San Cristóbal de las Casas, entre ellos chalupas coletas, sabrosos tamales de azafrán, sopa de pan asado coleta, atole de granillo y la fuerte bebida posh, cuyos excesos causan estragos que podemos comprobar en algunos locales que duermen en los parques.
Y si aún quieres deleitarte más con los sabores de San Cristóbal no te pierdas el Mercado de Dulces y Artesanías, el Museo del Cacao o el Museo del Café.
Y finalmente, para cerrar los puntos de interés en las cercanías de Santo Domingo, el interesante y pequeño Museo de Bichos e Insectos nos enseña un montón de curiosidades de nuestros pequeños amigos.
Otras partes interesantes de San Cristóbal
Si bien muchos monumentos se concentran en torno al Zócalo y al Templo de Santo Domingo, otros surgieron en los barrios más alejados (hoy ya absorbidos por el crecimiento de la ciudad) en barrios donde habitaba la población local. Así encontramos el barrio de Mexicanos, Tlaxcala o del Cerrillo. en ellos las tradiciones, las fiestas y la gastronomía tienen una fuerte huella, y por esta razón son una buena opción para probar platillos locales y encontrar joyas de arquitectura colonial.
La Iglesia de Mexicanos en el Barrio del mismo nombre, al norte del Zócalo (y un par de calles por encima de Santo Domingo) se muestra colorida y exultante frente al bonito parque donde el quiosco adorna el centro armoniosamente.
El Museo Na Bolom es una institución cultural de estudios antropológicos cuya misión es preserva la identidad de las etnias locales. Fundada por el danés Franz Blom y su esposa suiza Gertrude Duby-Blom (Trudy), el nombre del museo es un juego léxico entre el apellido Blom y el término Na Bolom (en maya casa del Jaguar). Reúne una extensa colección de objetos artesanales confeccionados por las diferentes tribus mayas.
Al sur de la Plaza 31 de Marzo encontramos otros lugares más tranquilos pero de igual interés como el Templo, exconvento y Arco del Carmen. El Arco en realidad está integrado en la Torre de la iglesia, siendo un caso único y extraño de arte mudéjar en América. En un tiempo marcaba el límite de San Cristóbal de las Casas al sur. Cuando se erigió en el siglo XVII estaba dedicada a San Sebastián, y poco más tarde pasó a convertirse en un convento de monjas. Hoy se ha recuperado como centro cultural El Carmen, abierto a múltiples actividades.
Desde aquí está a mano la Capilla de San Cristóbal, si bien es cierto que tendremos que subir las escaleras que conducen al Cerro de San Cristóbal (Cerrito). Ya sólo las vistas de la ciudad merecen la pena, y de paso podemos conocer la pequeña iglesia del siglo XVI, totalmente remodelada en el XVIII.
En el otro cerro de la ciudad, el de Guadalupe las vistas panorámicas también hacen contener el aliento (tanto por la belleza como por las escaleras para llegar). La Iglesia de Guadalupe
El Museo del ámbar ocupa el lugar de un monasterio de la Merced, que a lo largo de la Historia de San Cristóbal de las Casas se utilizó como cuartel de tropas o cárcel. Hoy expone una de las colecciones más completas de piezas de ámbar, algunas talladas, otras peculiares por atrapar insectos que quedaron intactos para la posteridad en la resina endurecida. Muchas piezas proceden de las minas de la población de Simojovel, al norte de San Cristóbal.
En la misma calle, frente al Museo del ámbar el Museo de Culturas Populares. Y en la calle de detrás, Guadalupe Victoria se halla el Museo Sergio Castro que recorre la historia de la vestimenta tradicional de los tzotziles, tojolabales y lacandones, además de un conjunto de instrumentos musicales empleados en las fiestas locales.
En la Casa del Jade podemos conocer la importancia de mineral verdoso codiciado por todas las culturas precolombinas, desde los aztecas a los mayas, pasando por zapotecas, mixtecas olmecas o toltecas, que comerciaron de forma intensa en Chiapas donde había minas.
Otra forma de aproximarnos a la sabiduría prehispánica es a través del Centro de Desarrollo de la Medicina Maya (el CEDEMM). El conocimiento de las comunidades locales sigue siendo apreciado, ya que de forma oral se ha ido secularmente transmitiendo, designando figuras respetadas por la sociedad maya, ostentadores de un conocimiento que permitía sanar a través del uso de las plantas.
Fiestas y eventos en San Cristóbal de las Casas
San Cristóbal de Las Casas es otra sede del Festival Cervantino-Barroco en octubre, hermanado con el de Guanajuato, con un despliegue de actividades artísticas y culturales bien merecedor de nuestra atención. Otro de esos eventos es la Fiesta grande de San Cristóbal de Las Casas durante la Feria de la Primavera y de la Paz, que dura una semana justo después de Semana Santa, siendo uno de los acontecimientos de la ciudad.
Por otro lado el 1 de abril se conmemora la fundación de la ciudad, y el 25 de julio la festividad de San Cristóbal, patrón local.
Excursiones desde San Cristobal
La ubicación en el estado de Chiapas de San Cristóbal de las Casas permite que con excursiones diarias conozcamos gran parte de los tesoros del estado del sur de México.
Las más habituales son: el pueblo mágico de San Juan Chamula, donde el sincretismo de la cultura y religiosas prehispánica se fusionó con la herencia de los españoles, creando una simbiosis que sólo conociendo in situ podemos definir. El mercado de la explanada de la iglesia, el mismo interior de la iglesia donde viviremos una experiencia extrasensorial, o el cementerio con cruces de colores son lugares donde nos empaparemos de esta sensación. Otro pueblo muy típico es San Lorenzo Zinacantán, donde las tejedoras locales confeccionan la vistosa ropa chiapaneca con unos bordados que son obras de arte.
La naturaleza de Chiapas es imponente, y para constatarlo nada mejor que hacer en lancha el tour por el Cañón del Sumidero, cuyos riscos intimidan. A los lados los cocodrilos se antojan fieros pero su «sesión de sol» no se ve interrumpida por nuestro paso. Hay salidas organizadas desde Chiapa de Corzo, que al mismo tiempo es el lugar ideal para comer y para comprar productos típicos de Chiapas como el ámbar.
Hacia el norte, pasando Ocosingo camino de las ruinas mayas de Palenque encontramos varias cascadas espectaculares como la de Agua Azul y la Cascada Misol-Ha. A la altura de Ocosingo otro yacimiento muy recomendable es el de Toniná.
Como posibles excursiones cerca de San Cristóbal está la Reserva ecológica de Huitepec, que permite a niños y grandes conocer muchas aves autóctonas y otras migratorias.
Al este, camino a Guatemala, el Parque Nacional de las Lagunas de Montebello y el centro ceremonial de Chinkultic completan un circuito de naturaleza y arqueología por Chiapas.
Cómo llegar a San Cristóbal de las Casas
El aeropuerto más cercano es el Aeropuerto Internacional de Tuxtla Gutierrez (Ángel Albino Corzo (TGZ)), al sur de la capital de Chiapas, y a una hora aproximadamente de San Cristobal de las Casas. Opera con vuelos regulares Aeromar, Aeroméxico, Interjet, TAR, Viva Aerobus o Volaris con las ciudades más importantes de México. San Cristóbal contó con aeropuerto propio, Corazón de María, hasta 2010 cuando fue cerrado totalmente.
Dónde dormir en San Cristóbal – Alojamiento
El animado ambiente de la ciudad nos ofrece alojamiento para todos los gustos, siendo muy frecuentes los pequeños hotel boutique situados en antiguas casonas o haciendas restauradas.