Paraíso de paraísos México es la tierra de los cenotes, de las islas mágicas y de los parajes de ensueño que a menudo vemos como las postales de promoción turística.
La naturaleza abruma y los espacios protegidos son tan cuantiosos y grandes que vamos a necesitar más de un viaje para conocer todos.
Las playas caribeñas del sur de México ganarían en las encuestas de popularidad pero no menos bellos son los manglares, las selva como la Lacandona, las cuevas y grutas entre las que destacan la Cueva de los Cristales, en la mina Naica (Chihuahua), el Sótano de las Golondrinas en San Luis Potosí, el profundísimo Sistema Cheve (Oaxaca), el conjunto de cenotes de Sac Aktún en Quintana Roo, o el Sótano del Barro (Querétaro).
Chiapas es uno de los estados con un abanico más grande de posibilidades, con parques nacionales como el del Cañón del Sumidero, cuyo recorrido en lancha nos hace más pequeños cada metro que avanzamos por sus impresionantes paredes verticales; o las Lagunas de Montebello, ya casi en la frontera con Guatemala, un paraíso plácido de aguas tranquilas que hipnotiza.
Más al sur, en la península de Yucatán encontramos el fenómeno de los cenotes, cavidades que asemejan pozos naturales cuyas aguas dulces están conectadas entre diferentes cenotes por ríos subterráneos que han erosionado la roca cárstica creando estas piscinas que ya las culturas prehispánicas consideraban sagradas. El número de cenotes es incierto porque no todos están descubiertos y catalogados, pero se estima que pueden estar en torno a 8.000 sólo en el estado de Yucatán, siendo menor el número en Quintana Roo.
Precisamente en Quintana Roo los suspiros por la fascinante naturaleza nos los saca además de sus reconocidas playas, la visita a la Isla de Contoy, a la bahía de Chetumal, a Xcacel y a Sian Ka’an, todas ellas áreas protegidas.
El norte no deja de ser menos asombroso y de oeste a este encontramos paisajes con ecosistemas muy diversos que van desde los Cayos en el Pacífico, a las cumbres del Parque Nacional de San Pedro Mártir donde se ubica el observatorio astronómico que permite contemplar las noches más limpias y estrelladas de México, o las rocosas cumbre de Majalca en el estado de Chihuahua
En el centro del país y alrededor de Distrito Federal también tenemos al alcance joyas «verdes» como el Parque nacional Desierto de los Leones con el ex-convento carmelita, huella histórica del Virreino que merece contemplarse. No muy lejos de la capital, entre los estados de México y Puebla el Parque nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, reserva de la biosfera de Unesco y primer área protegida de México, representaba en el sentimiento indígena la creencia de que los dos volcanes eran deidades que regían los fenómenos meteorológicos que a su vez determinaban los ciclos de fertilidad de la tierra y cosecha.
Otros espacios y parques naturales imprescindibles
Isla Mujeres, Holbox, Cozumel y el Banco Chinchorro
Reserva de la Biosfera de Celestún
Pico de Orizaba
Cascadas petrificadas de Hierve el Agua (Oaxaca)
Las Cumbres de Ajusco
Los Prismas Basálticos (Hidalgo)
Las Cascadas de Agua Azul