Campeche forma junto a los estados de Quintana Roo y Yucatán la península del mismo nombre que desprende reminiscencias históricas de los mayas y de los conquistadores y piratas que alimentan tantos libros de historia y novelas de aventuras. Al sur cierra la frontera con dos países vecinos, Belice y Guatemala, primos hermanos en clima y numerosos acontecimientos históricos.
Su ubicación abrigada en el Golfo de México la ha hecho privilegiada para ansiada hasta el punto de sufrir ataques, rapiña y saqueos por parte de piratas y corsarios con patente de corso en convulsos momentos en los que el Caribe era un tablero de ajedrez. Los bastiones de la capital del estado son la huella más significativa del interés que despertaban los recursos de Campeche.
Menos excavada que otras zonas del sur de México, Campeche tiene aún que sacar a la luz muchos yacimientos arqueológicos que permanecen ocultos o pendientes de estudiarlos. Calakmul, Edzná, Jaina, Becán, El Hormiguero, Chicanná o Xpujil son algunos representativos pero el abanico es inmenso.
La fama gastronómica de Campeche viene precedida por sus mariscos, pero no menos suculentos son los platos de cochinita pibil, los camarones empanizados y al mojo de ajo, carne de venado en salpicón y pipián, tamales rellenos de hoja de chaya y huevo cocido envueltos en hojas de plátano, los Pibipollos durante los días de muertos, cocteles de camarón con ostión, camarones al coco y la tradicional sopa de lima, además de excelentes frutas .
Campeche, la ciudad fortificada
Descubierta en 1517 – y fundada en 1540- sobre el asentamiento de «Ah KIM Pech» («Lugar de serpientes y garrapatas», cuya traducción no invitaba a quedarse) , Unesco la definió en 199 como “Ciudad histórica fortificada de Campeche”, patrimonio de la Humanidad de valor inigualable en cuanto conserva casi intacto ejemplos de arquitectura militar de los siglos XVII y XVIII, con casas que mezclan influencias del sur de España con el estilo más caribeño, y un plano urbanístico de una ciudad colonial barroca.
Su boyante economía durante la época colonial era alimentada por el comercio marítimo con la metrópoli, pero también con otros puntos del Caribe, las Antillas o Veracruz. Razón por la que en los astilleros de Campeche repicaban las herramientas de los maestros navales que fabricaban barcos sin parar.
El asedio de las potencias rivales al reino de España, Francia, Inglaterra y Holanda intentaba mermar el aprovechamiento que los españoles hacían de los recursos del Yucatán, lo que provocó batallas navales y hundimientos de barcos que hoy forman un cementerio de pecios bajo el mar, siendo una de las zonas de mayor riqueza histórica submarina del mundo. Hoy en día son otro atractivo turístico para llevar a cabo inmersiones en los restos de las poderosas flotas navales que el mar tragó.
La ciudad de San Francisco de Campeche, se podría explicar a través de su fisonomía, y de su recinto amurallado que presenta bastiones, muros, torres de vigilancia y puertas que trataban de resistir los interminables ataques de los piratas como el hostigador Sir Francis Drake, el pertinaz Henry Morgan, el corsario Mansvelt o Laurent Graff, conocido como Lorencillo. Las huellas del pasado tienen forma de las piedras que revestían fuertes como los de San José el Alto, el de San Miguel o el Baluarte de San Carlos. Siendo la única ciudad colonial amurallada de todo México, en su perímetro de 2,7 kilómetros y forma hexagonal perduran seis de los ocho baluartes, dos grandes puertas y dos de los fuertes defensivos de la ciudad.
La en otro tiempo ciudad inexpugnable se abre hoy al turismo aprovechando cada uno de sus monumentos para presumir de museos, parques y jardines, abierta al mar y presumiendo de ser una de las ciudades más antiguas de la república mexicana. El paseo por el malecón, acercándonos a los edificios emblemáticos de la ciudad colonial que siguen en pié como el Astillero, la Aduana, la Audiencia, o la Catedral nos permite convertirnos en un un vigilante más de la ciudad amurallada y nos regala una sensación maravillosa en una de las consideradas ciudades más limpias de México.
Campeche suele ser el punto de partida para iniciar la ruta arqueológica del estado, visitando yacimientos como los de Calakmul, Edzná, Jaina, Becán, Chicanná y Xpujil.
Ciudad del Carmen
La isla del Carmen (hoy conectada a tierra forma por dos puentes, el de Zacatal es el más largo de México ) recuperada a los ingleses por los españoles el 16 de julio de 1717, el día de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros fue durante un tiempo un puerto comercial de vital importancia junto a San Francisco de Campeche, para la exportación de henequén y de su apreciada madera del árbol de palo de tinte hacia Europa y los Estados Unidos, donde las empresas textiles ansiaban su color para teñir las prendas.
La ciudad del Carmen cierra la laguna de los Términos, un vasto área protegido por su valor faunístico (además de su interés ornitológico viven cocodrilos, delfines, tortugas Carey, curiosos peces como el pejelagarto, o manatíes) y donde va creciendo la oferta turística para descubrir los manglares y playas de áreas como Isla Aguada, Sabancuy, Los Ríos y la Laguna de Atasta. Además de conocer la colorida ciudad, conviene realizar un paseo en barca por la laguna avistando animales, descubriendo playas o remontando los ríos que desembocan en la laguna.
Palizada
Al sur del estado de Campeche el pueblo Mágico de Palizada es el contrapunto al itinerario arqueológico, con su propuesta relajada de ciudad ribereña de casas bajas donde predominan las características tejas francesas.
La historia de estas tejas es curiosa porque en realidad eran el lastre utilizado por los navíos, siendo intercambiadas entre navegantes y locales por troncos del árbol de palo de tinte que se transportaban río abajo hasta la Laguna de los Términos y Ciudad del Carmen.
Los ritmos provinciales, ajenos al turismo permiten ver en Palizada un Yucatán diferente, degustando la rica gastronomía que se nutre de la tradición yucateca y tabasqueña, paseando por el Malecón frente a las casas coloridas o sacando una foto a la curiosa réplica de la Estatua de la Libertad.
Becal y Calkiní
Justo en el extremo opuesto de Campeche, al norte y cercanos al estado de Yucatán están dos poblaciones de gran raigambre artesanal, Becal y Calkiní. Becal es célebre por sus sombreros de palma, confeccionados artesanalmente a partir de los árboles Jipi. No nos podemos perder la oportunidad de conocer su método de fabricación en algún taller familiar de Becal.
En Calkiní la gente local también confecciona jipis, hamacas, mecedoras y sillas, siendo sus fiestas la oportunidad de comprobar la fusión entre tradiciones ancestrales e influencia española, como durante la festividad de San Isidro Labrador, el Cristo de la Misericordia, los carnavales en los que se disfrazan con pieles de vendado imitando osos con su domador; o la Virgen de la Concepción.
Las haciendas de Tankuché y Santa Cruz son el atractivo arquitectónico mientras que el contrapunto natural lo presta el canal del Remate, dentro de la Reserva de la Biosfera de los Petenes.
Hecelchakán
Sin dejar el norte hacemos parada en Hecelchakán, cuyo curioso significado maya, «sabana del descanso» se explica por la presencia de un cenote que servía para proveerse en el largo tránsito entre Mérida y Campeche, conocido como el Camino Real. Alejada de los circuitos turísticos, aquí se respira un aire de vida mundana, ideal para conocer la gastronomía más auténtica
Champotón
Además de Palizada, Champotón es otro de esos pueblos con aire más tranquilo para desconectar de la masa (y eso en un estado tan turístico ya es mucho). Además, si buscamos un lugar de costa con playas, en algunas de ellas como las de Paraíso y Punta Chén podemos disfrutar de las cálidas aguas para nuestro relax.
Champotón fue colonia de los mayas que huyeron de Chichén Itzá tras su abandono con el nombre de Chakan Putum. El río que desemboca en sus costas tiene el mismo nombre, y su caudal permite la navegación, lo que invita a hacer excursiones por los manglares observando flora y fauna. Como actividad divertida y participativa están los campamentos de liberación de tortugas carey que nacen por millares, rompiendo los huevos en sus playas, pudiendo participar como voluntarios. Cerca, a menos de una hora de Champotón está uno de los cenotes más conocidos de Campeche, el Cenote Miguel Colorado, cuyas dimensiones son tan enormes que hasta se puede hacer una tirolina sobrevolándolo
Tierra de mayas
Con un pasado tan marcado por los pueblos maya, es impensable no acercarnos a visitar las zonas arqueológicas más importantes del estado.
Edzná
El yacimiento maya de Edzná es el más majestuoso del estado de Campeche. Su peso como capital maya del Occidente se plasmó en un vasto espacio donde la ciudad funcionaba como centro ceremonial, pero también como núcleo activo de comercio
Edzná, cuyo sombre significa Casa de los Itzaes, en maya Casas de los Gestos o Brujos del Agua sigue siendo excavada para delimitar su extensión total que hoy ya se piensa que sobrepasaba los 25 km2, con más de 200 edificios ya excavados con los más imponentes como tarjeta de presentación, la Gran Acrópolis de cinco pisos y 30 metros de altura, la Plataforma de los Cuchillos, la Casa Grande (Nohochná), la Casa Grande o Noholná, el juego de pelota o un sistema de canales que permitía la distribución y almacenamiento de agua durante las sequías. El Puuc y Chenes queda patente y sigue la corriente yucateca, pero se advierta una gran influencia cultural proveniente del Petén guatemalteco, el mismo estilo del yacimiento de Tikal en Guatemala. Se conservan glifos con imágenes geométricas, animales y humanas; además de mascarones de deidades astrales.
Calakmul
El yacimiento maya de Calakmul tiene el doble de atractivo de hallarse inmerso en el área protegido más grande de México, la biosfera del mismo nombre, Patrimonio de la Humanidad. Es la zona arqueológica más alejada de la capital, no lejos de Guatemala, en medio de una frondosa selva tropical, ecosistema de una fauna densa y voraz, y refugio de jaguares, jaguarondi, ocelotes, tapires, osos hormigueros, tucanes e incluso venados (por no mencionar los perennes mosquitos que al caer la tarde se abalanzan sobre los jugosos turistas).
Si tienes varios días para realizar tu visita, te sugerimos aprovechar para conocer también los centros arqueológicos de Becán, Chicanná, Hormiguero, Balamkú y Xpujil, ubicados a pocos kilómetros de la gran Reserva de la Biosfera.
El aislamiento geográfico de Calakmul, en plena selva y la existencia de otros grandes yacimientos como Palenque o Chichén Itzà , sumado a su envergadura hace que pese a estar considerado una ciudad maya de gran peso, esté todavía por descubrir y estudiar. Rival de Tikal, sólo hay que pensar que su perímetro abarca 100 km2 que se va restaurando poco a poco. Calakmul (cuyo nombre significa «pirámides adyacentes») cuenta con más de seis mil edificios donde se descubrieron criptas funerarias y estelas con una ornamentación escultórica de gran calidad.
Balamkú
Siguiendo la carretera desde Escárcega hacia Chetumal en Quintana Roo encontramos algunas de las principales ciudades mayas de Campeche. La primera es la de Balamkú (Templo del Jaguar), con una pieza fascinante, el «friso del universo», un estuco policromado con figuras de jaguares y serpientes; y el edificio palaciego de la Casa de los Cuatro Reyes.
Siguiendo la ruta alcanzamos Chicanná (“la casa de la boca de la serpiente”), muy cerca de Becán de la que seguramente dependía y donde el estilo arquitectónico de los edificios hace pensar que pudo ser un asentamiento de la elite.
Yacimientos del Río Bec: Becán, Hormiguero y Xpujil
Becán es el fiel reflejo de como el mundo maya escondía peculiaridades bien definidas dentro de un grupo cultural tan amplio como es el maya. El complejo arqueológico que comprende varias ciudades es también conocido como por la región Río Bec. Una de estas características es el uso de mascarones que reflejan deidades locales del área maya, como Chac, Bolom-Dzacaab o Itzamná.
Becán es catalogado por sus dimensiones y por sus edificios, como centro ceremonial maya, sobresaliendo el peculiar foso (de ahí su nombre en maya “cañón formado por agua” ) que circunda la parte más destacada y que parece que no tenía función defensiva, si no de drenaje. En los restos de la ciudad maya de Hormiguero encontramos un mascarón zoomorfo con las fauces abiertas en uno de los edificios principales.
Completando el itinerario maya por el interior de Campeche llegamos a Xpujil, con edificios de cresterías como el Edificio de las Tres Torres, de carácter regio.
Jaina
La necrópolis maya de Jaina no deja de parecer espectacular desde el momento que comprendemos que se encuentra en una isla frente a la costa norte del estado. Los dos complejos pirámidales de Zayosal y Zacpool escondían más de mil enterramientos con ofrendas funerarias en barro de calidad superior a las de los yacimientos continentales.
La región de Chenes: Holpechén
En el norte del estado también descubrimos Holpechén o lugar de los cinco pozos en una región, Chenes, que desarrolló marcadas técnicas escultóricas que permitieron lograr ornamentaciones de piedra de gran manufactura en yacimientos como Xtampak, Hochob, Tabasqueño y Dzibilnocac. El simbolismo de las grandes fauces en las pirámides, como referencia al descenso al inframundo es constante.
Las Grutas de Xtacumbilxunaan
Además del paisaje y la flora, un destino especial en Campeche son las Grutas de Xtacumbilxunaan, ya en época maya consideradas como sagradas. Las encontramos cerca del pueblo de Bolonchén y su nombre se puede transcribir como «lugar de la mujer escondida», contando la leyenda de una princesa que se ocultó para huir de una boda con un hombre que no amaba. Los espectáculos de luz y sonido en el interior de la cueva entre estalactitas y estalagmitas forman parte del recorrido.
Otros destinos recomendados si contamos con más tiempo para explorar el estado de Campeche es Candelaria, muy adecuado para el turismo de aventura con multitud de posibilidades como el rafting en el Salto Grande; la exploración buscando animales, o la exploración de ciudades mayas menos estudiadas como Itzamkanak (El Tigre). O cerca de la capital el entorno de Tenabo zona de manglares en la Reserva Natural de los Petenes, con el poblado de Kankí y las ruinas de «La Xoch» y «Chun Cedro”, restos mayas de estilo Puuc.
Sin olvidar Escárcega, nudo de las comunicaciones del estado ya desde que el ferrocarril se utilizará para el transporte del palo de tinte en época colonial. Es la puerta hacia los yacimientos arqueológicos del interior de Campeche.
Excursiones en Campeche
Ante tanta variedad de atractivos, una de las opciones para conocer los puntos turísticos son los tours guiados y excursiones por el estado.