Las fiestas de Carnaval, que anteceden al periodo de la cuaresma, siempre trae algarabía, color, magia y diversión. Es un festival que se remonta probablemente a celebraciones de origen pagano, que fueran traídas a América por españoles y portugueses hacia el siglo XV. Así como la heredad de las creencias religiosas, permearon en los pueblos indígenas luego del mestizaje.
Carnaval de Veracruz
En México cobra tal importancia, que el Carnaval del Estado de Veracruz, se posa en segundo lugar, sólo después del magno que se lleva a cabo en Río de Janeiro. Donde su avenida principal, que cruza el puerto de punta a punta, el Boulevard Manuel Ávila Camacho, se llena de colorido y alegría jarocha.
Durante 5 días carros alegóricos preparados con esmero y distintas temáticas, desfilan de la mano de personas ataviadas con elaborados disfraces, que al ritmo de las comparsas se mueven cadenciosamente contagiando a todos con ese ambiente festivo.
Para dar banderazo al inicio del Carnaval, se comienza con la elección de Reina del Carnaval, Rey de la Alegría y los Reyes Infantiles, para luego dar paso a «La Quema del Mal Humor», éste último representado por algún personaje de poca estima, como es el caso de alguna figura de orden público.
Los días siguientes se llevan a cabo distintas actividades, que empapan a los presentes del folclore del Carnaval y propiamente del hermoso Puerto de Veracruz. Entre las que podemos encontrar de tipo cultural, artístico y deportivo.
El zócalo y otras sedes se engalanan con la presencia de cantantes reconocidos, quienes amenizan y se unen al calor del puerto jarocho.
Carnaval de Mazatlán
A diferencia del Carnaval de Veracruz, que se rige por acordes salseros, en Mazatlán predomina la banda, un tipo de música típica que retumba al son de la tambora, una herencia del Estado de Sinaloa para el norte y resto de la república.
El Carnaval tiene una duración de una semana, y al igual que el que tiene lugar en Veracruz, las calles de Mazatlán también se visten de fiesta a través de desfiles y demás actividades culturales y deportivas, se lleva a cabo el convite popular que recibe a propios y extraños. Donde el público se contagia del calor costero y se abandona al disfrute.
El ingenio y la vistosidad de los carros alegóricos
El menú de actividades da para todos los gustos, desde los melómanos que prefieren gozar con un buen concierto, hasta a aquellos que se inclinan más a mover el esqueleto e incluso, también hay repertorio para los que son más de letras , quienes se pueden regocijar con el concurso de poesía.
Carnaval de Yucatán y Campeche
Otros de los que van cobrando fuerza y renombre en el marco de ésta festividad, son el de Mérida, Yucatán y su Estado hermano Campeche, éste último se presume es el más antiguo que se ha celebrado en México, ya sea así o no, ambos estados se entregan a las tradiciones propias de la herencia cultural, en Campeche con los atavismos de la raza negra y en Yucatán con el orgullo por el legado maya.
En el estado de Campeche, cabe mencionar la peculiaridad de que no sólo se corona a la reina del Carnaval o a los reyes infantiles, sino también a aquellos con capacidades diferentes, coronación con la que se corre el gran telón que da inicio al carnaval.
Los niños ataviados con trajes típicos de la región
El denominador común en todos los carnavales de norte a sur de la República Mexicana, es sin duda, la alegría que impregna el pueblo mexicano a éstas fiestas, así como la creatividad que hace que los desfiles sean un regalo para los ojos.