Pasado, presente y futuro del Jai Alai en México

Suena la pelota contra la piedra. El tipo de chasquido delata que aún la pelota no está caliente. Tampoco lo están los músculos de los cestapuntistas. Todo brasa necesita ese primer fuego, esa lumbre que va cascando las ramas, los troncos, hasta convertirlos en energía incandescente.

Detalle de Las marcas en el frontón
Detalle de Las marcas en el frontón

El Jai Alai es igual, una metáfora de la paciencia, del esfuerzo, de la hipérbole de un deporte, de una tradición legendaria que aún late pese a haber pasado tiempos más gloriosos. Pese a ello, las brasas de la cestapunta que llegó de allende los mares, siguen hoy con su fuego de baja intensidad, buscando el momento de volver a prender llama.

Historia México y el Jai Alai

El mítico Frontón México fue abierto en 1929 en pleno corazón de la Ciudad de México, junto al Monumento a la Revolución, siguiendo el estilo Art Decó que embellecía la capital mexicana y medio mundo.

En su interior se practicó durante décadas el Jai Alai, un deporte de origen vasco, que significa “fiesta alegre”, y en el que por parejas o de forma individual, los pelotaris se baten en un duelo muy peculiar. Pertrechados con una cesta amarrada en su brazo, «cazan» una pelota de goma de caucho cubierta por hilo de lana, con capas de piel de cabra que puede alcanzar hasta las 300 km/hora.

Pelotas para la Cesta Punta
Pelotas para la Cesta Punta

Fueron decenios durante los cuales el Jai Alai gozó de salud y popularidad en México, pero las huelgas de finales de los ochenta y el conflicto sindical y salarial que se produjo en Estados Unidos, acabó como la pelota, pasando a la pared del país vecino. El 2 de octubre de 1996 estalló una huelga con los trabajadores del Frontón México, que vieron como el administrador del Jai Alai no pago la renta, y el dueño del recinto, Antonio Cosío, expulsó del espacio a todo el universo de actores alrededor del frontón.

El frontón México abandonado. Foto de Erin Lee / erinleephotography.com
El frontón México abandonado. Foto de Erin Lee / erinleephotography.com

Con los años no se solucionó el cúmulo de conflictos judiciales y la falta de permisos y las instalaciones del frontón envejecieron aquejadas del peor mal posible, la inactividad. Veinte años de huelga -algunos las llaman la huelga más larga de México- acabaron con la reapertura del Frontón México el 10 de marzo de 2017. El empresario administrador se declaró en quiebra, y solo la inversión de los dueños del lugar permitió que el frontón haya resurgido de sus cenizas, siendo sede también de exposiciones como la de Frida Inmersiva y la reciente del artista español Okuda.

Exterior del Frontón Jai Alai de Ciudad de México decorado por Okuda
Exterior del Frontón Jai Alai de Ciudad de México decorado por Okuda

El interior está totalmente remodelado, pero la historia de la Cesta Punta se palpa, se escucha con cada pelota catapultada con cada latigazo que deja huella en la pared, con cada aplauso o grito de asombro.

Sin embargo tantos años sin partidos profesionales en México dejaron el deporte bajo mínimos. El músculo de jugadores profesionales menguó hasta quedarse escuálido, y el público que llenaba el frontón ya no existe o ha perdido el interés. Se ha perdido toda una generación de Jai Alai, dentro y fuera del frontón, desde los deportistas a sus fans.

Afortunadamente el Jai Alai late con una liga reducida en tiempo, pero el espacio es sede de espectáculos, y cuenta con un casino y un atractivo restaurante.

Nosotros acudimos al Club Mundet, en el barrio de Polanco de Ciudad de México, para ver entrenar a un grupo variado de apasionados gracias a los cuales el hilo de vida de la cesta punta continúa pasando de generación en generación.

Jugadores de Jai Alai de todas las generaciones
Jugadores de Jai Alai de todas las generaciones

Varios de ellos nos cuentan que estuvieron en el último mundial de pelota celebrado en Biarritz, en el País Vasco Francés. Se les ilumina la cara hablando de los frontones, del público jaleando a los pelotaris, de que cada pueblo conserve su frontón, y que todavía chavales desde que casi andan empiecen a endurecer sus falanges.

Pasado

Mientras el entrenamiento se sucede Alejandro Safont, -profesor de la escuela de Jai Alai en el Club Deportivo Mundet- se abre a repasar la historia del Jai Alai en México. Sin perder de vista las acciones de los zestalaris, el profe recuerda aquellos tiempos en los que el frontón estaba de moda e incluso había una escuela en la calle Bucarelli que la pagaba el frontón de Daytona, de forma que los chicos formados luego iban a jugar allí.

Se le iluminan los ojos hablando emocionado y con nostalgia de aquellos tiempos con su pareja de «baile» Pedro Andrinúa; de la «derecha» de Félix; del «rebote de revés» de Cachin Uriarte; de la garra de Recalde; del  «revés» de Armando; o la magia de Barrondo. En los 60 estaban Fernando Orbea, Ondarrés, Gurbide y Bengoa, a los que les llamaban los cuatro ases. Hoy en día no hay figuras de ese calibre, principalmente porque para subir el nivel se necesita competencia y por supuesto una competición regular para que los amateurs puedan ser profesionales.

– ¿Conoceís a Guillermo Amuchastegui? Le llamaban «El Monarca, fue un fenómeno, rodeado de famosos…Esther Williams, Cantinflas, John Wayne o Ernest Hemmingway. Paco Berrondo era su rival más fuerte.

Las alabanzas por Michelena y Bolivar pelotaris vascos salen de la boca de Safonti, cuyos saltos en la pared aún recuerdan los viejos aficionados. Participó en el Mundial  de Jai Alai de 1982 celebrado en México, ganado por los franceses Michelena e Inchauspe a los Estados Unidos Estados defendidos por Schofill – Boornazien , con los españoles Alberdi – Vivanco bronce y los mexicanos cuartos.

Safont envidia sanamente el nuevo aire el Jai Alai en el País vasco y como la gente ha respondido.  Y lamenta la ausencia de incentivo gubernamental en México. «Hay pocos patrocinadores en México, y creo que se podría hacer mucho más por el Jai Alai» nos comenta con tristeza.

En su día el Frontón México albergaba estelares peleas de Box y conciertos de estrellas musicales a los que acudía numeroso público, entre ellos famosos que también venían a los partidos.

Entre charla y charla, el profe exhorta «Dirige con la pierna Karim«, para luego continuar: «Cuando empezó había campeonato mundial cada cuatro años, y solo participaban amateurs de un nivel muy alto, como en Barcelona 1992. Yo estuve en Barcelona dando clases a un grupo de chicas, en el frontón del Vall de Hebrón«.

Karim Alcocer lanzando su brazo
Karim Alcocer lanzando su brazo

Presente

«¡Mutxooo!»…rebota la exclamación entre las tres paredes por un tanto bien jugado. Al rato se oye un «¡Te cubro!!!» y un «¡Aire!» que significa que la pelota debe ser encestada antes de botar.

Pelotaris como Olha, Inza, Portet, Laduche, Tambour, Aaron, Inclán, Pérez, Zulaika, Iturbide, Arbe, Oyhenard, Bailo, Laborde, Ibarluzea o  Elizalde han exhibido su calidad en las nuevas instalaciones del Frontón México desde que se reabrió en 2017.

Hoy están Karim Alcocer y Mauricio Zapata castigando las paredes del frontón del Club Mundet. Ambos han ido quemando etapas desde juveniles, y hoy nos demuestran que hay que creer en el Jai Alai mexicano. Junto a ellos, otros cestapuntistas mexicanos como Gonzalo Sierra, Marco Ochoa y Pepe Pérez llevan años tratando de subir el listón de la cesta punta mexicana y recuperar las décadas perdidas.

Zapata agarrando de forma acrobática la pelota
Zapata agarrando de forma acrobática la pelota

En el entrenamiento les acompañan hoy Juan Pablo Osorno, zaguero que vivió los últimos buenos años y fue presidente del Jai Alai México, Carlos Vértiz que aunque pierda o gane el tanto no baja su sonrisa de la cara, y Marco Ochoa, delantero peleón y combativo que con su apellido vasco muestra que la casta le viene por el apellido vasco.

Juan Pablo Osorno entrenando
Juan Pablo Osorno entrenando
Carlos Vertiz
Carlos Vertiz

Futuro

Bruno Carvajal es para muchos una esperanza, o más bien un deseo. En su apariencia infantil de un niño de 13 años ven a un chico prodigio que  demuestra habilidad, carácter, pasión, y una ausencia de miedo frente al proyectil de cuero que asusta a los neófitos que se paran frente al frontón preguntándose que necesidad hay de jugarse el pellejo por un deporte que casi nadie reconoce.

Bruno Carvajal, jugador de Cesta Punta
Bruno Carvajal, jugador de Cesta Punta

Su camiseta con el número 9 de Benzema, el delantero del Real Madrid podría parecer un anacronismo, una paradoja, pero simplemente es el reflejo del México Mágico en el que la mezcla produce un resultado cuando menos curioso. Es un detalle sin más. Nos cuenta que ama al equipo madrileño casi tanto como la Cesta Punta, y de poco le sirven nuestros argumentos de que Osasuna, Real Sociedad o Athletic de Bilbao son equipos con más raíces, quizá más cercanos a lo que representa el aguerrido combate dentro del ring del frontón.

Bruno entrenando en el Club Mundet de Polanco
Bruno entrenando en el Club Mundet de Polanco

Charlamos con Bruno, bromeamos en ambas direcciones, descubriendo que su apego a la Cesta Punta le viene heredado por su padre Mario, ex jugador y que le ha inculcado un amor por el deporte que ya ha prendido en flor y echado raíces.

Mientras el chaval calienta, su padre lo mira disimulando el orgullo, pero sin ningún atisbo de que la paternidad suponga una condescendencia especial para con el zagal. El éxito, o por lo menos el esbozo de lo que se empieza a dibujar es un camino de sangre, sudor y lágrimas, y más en un deporte minoritario en México.

Suena el primer saque en el frontón, Bruno ya solo tiene ojos para la pelota, en la pista la edad no cuenta, lo que importa es la complicidad con el compañero y sobre todo los ánimos cuando el adversario falla o el aplauso franco con la cesta cuando el punto es luchado. «Buena jugada» se lee en sus labios desde la distancia, y así pasan las horas gastando cuero y piedra.